Entre el 11 y el 14 de junio de 2024 se llevará a cabo el evento internacional «Asegurar los derechos de tenencia de la tierra y el territorio de los pueblos afrodescendientes en América Latina y el Caribe». La convocatoria fue realizada por la Coalición por los Derechos Territoriales y Ambientales de los Pueblos Afrodescendientes de América Latina y el Caribe, Procesos de Comunidades Negras (PCN), Iniciativa para los Derechos y Recursos (RRI) y la Coordenação Nacional de Articulação de Quilombos (CONAQ), junto con el apoyo de otras entidades.
Durante el evento, según el catedrático del Instituto de Altos Estudios (IAEN), John Antón Sánchez, se discutirá el camino para que los pueblos afrodescendientes sean reconocidos como sujetos internacionales de derechos colectivos, así como una estrategia de conservación de la naturaleza y de lucha contra el cambio climático. Sobre este último punto, la Organización Meteorológica Mundial ha señalado que existe un 80% de probabilidades de que el planeta continúe calentándose por encima de los 1,5 grados en los próximos cinco años debido al cambio climático.
En la apertura del evento estuvieron presentes líderes gubernamentales de Brasil y Colombia: Miguel Ángel Julio, de la Subdirección de Educación y Participación del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, y Ronaldo dos Santos, secretario de Políticas Quilombolas del Ministerio de la Igualdad Racial de Brasil, quienes destacaron la importancia del evento. Ronaldo dos Santos dirigió parte de su discurso hacia la COP30, señalando que el papel de los afrodescendientes es llegar con una capacidad organizacional, política y colaborativa.
En el segundo día se trataron temas relacionados con:
- Los pueblos afrodescendientes de América Latina y el Caribe en el Convenio de Diversidad Biológica. En su intervención, José Absalón del PCN mencionó que los pueblos afrodescendientes no son parte de una comunidad local, sino que poseen conocimientos ancestrales asociados al territorio y patrimonio natural colectivo, formas propias de organización comunitaria y autogobierno, además de la conservación de la biodiversidad y el patrimonio del pueblo afro.
- La soberanía alimentaria de los pueblos afrodescendientes. Renan Tadeo de la Federación de Comunidades Negras y Organizaciones de Imbabura y Carchi señaló la importancia de recuperar semillas tradicionales, que generan mayor volumen de producción, y propuso la creación de un fondo de tierras. Además, mencionó que África aportó un acervo botánico significativo a América Latina.
- Los derechos a la tenencia de la tierra de las mujeres afrodescendientes. Sindis Meza de la Fundación Ford, Colombia, destacó los desafíos que enfrentan las instituciones debido a la ausencia de datos estadísticos desagregados sobre el uso tradicional de la tierra y la tenencia de títulos colectivos, y cómo asegurar el derecho al uso y usufructo de estos territorios por parte de las mujeres negras. Por su parte, Genesis Gutiérrez enfatizó que la juventud tiene su propia voz en los procesos de reivindicación y es necesario trabajar con ellos.
En el tercer día se abordaron temas relacionados con las territorialidades no reconocidas, incluyendo las costeras y marinas. Ana Márquez de la Universidad Javeriana de Colombia señaló que, debido a este desconocimiento, se evita la creación de políticas públicas que garanticen el bienestar y justicia de estos territorios. Se destacó la importancia de posicionar la pesca no solo como una actividad económica, sino como una forma de vida integral. 
Después de la conversación, se inició una discusión sobre las reparaciones históricas necesarias para los afrodescendientes. Barbara Reynolds señaló que las disculpas no son suficientes, sino que deben ir acompañadas de medidas concretas. Además, se destacó la necesidad de trabajar colectivamente para buscar políticas públicas y una reparación holística.
Al final del evento, se trazaron rutas, decisiones y acciones a seguir. Sonia Viveros, parte de la Fundación de Desarrollo Social, Cultural y Etnoeducativo Afroecuatoriana «Azúcar», enfatizó la necesidad de la conservación, adaptación, mitigación al cambio climático, gestión de riesgos de desastres y protección de los conocimientos ancestrales. También se pidió el reconocimiento de los derechos territoriales de los pueblos afrodescendientes en América Latina y el Caribe, la inclusión del término afrodescendientes en la Convención sobre Biodiversidad y otros mecanismos, y el derecho a la reparación histórica del tráfico trasatlántico de esclavos y la esclavización en las Américas, expresado en un conjunto de medidas especiales de justicia ambiental, étnica e identidad racial.
