El jueves 30 de mayo de 2024 se llevó a cabo el conversatorio “Intercambio de experiencias entre museos de la memoria afrodescendiente en las américas” donde participaron representantes de varios museos y centros culturales de Colombia, México, Brasil, Perú, Estados Unidos, Panamá y Ecuador. El encuentro tuvo por objetivo compartir experiencias, retos, satisfacciones; así como prácticas en materia operativa y de sostenibilidad financiera vividas en el tiempo que tiene estos museos y centros culturales.
Las participaciones se iniciaron con el catedrático en el Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), Jhon Antón Sánchez quien habló sobre las bases de la estructura de nuestra Casa Museo de la Memoria Viva Afrodescendiente con manos de ébano. Según la información en trabajo conjunto de la Fundación Museo de la Cuidad se tiene planificado trabajar 3 campos de acción: descolonización que tiene por objetivo cuestionar los imaginarios de la construcción de la nación y los discursos coloniales de lo que se conoce como Nación; reparación reflexionar sobre una justicia reparadora histórica a los afrodescendientes por la esclavitud; construcción del estado plurinacional que aborda la comprensión de la propuesta de la plurinacionalidad e interculturalidad.
De acuerdo con los ponentes, la apertura de los museos se da bajo la necesidad de reivindicar al pueblo, solventar su existencia como parte de cada país y ayudar ante actos de discriminación. Por ejemplo, Luis Legoas, administrador de la oficina de información y servicios turísticos Zaña-Perú, señaló que gracias al museo se logró rescatar varios rastros y fortalecer a la sociedad afrodescendiente. Entre ellos se logró declarar patrimonio nacional por la UNESCO al baile tierra o golpe tierra, originario de Zaña.
En el caso de Jorge Arjona, director del museo afroantillano de Panamá se refirió a que la desconexión que el pueblo afropanameño ha tenido con sus raíces ha sido un desafío para ellos, según una prueba sustancial el 70% de la población es afrodescendiente, pero en el Censo de 2020 solo el 33% se considera afrodescendiente. Por lo que el museo ha sido: 1 ) un espacio de lucha donde se toman las carencias en la educación históricas de Panamá y de otros lugares para educar a las personas y que conozcan lo positivo de la etnia negra; 2) un centro de ayuda ante problemas sociales y de racismo “Un niño llega con la mamá pidiendo una licencia para que le certifiquen a su hija y le permitan llevar su cabello afro, se hizo todo el proceso (…) y el Ministerio de Educación tuvo que sacar en 2023 una resolución indicando que queda prohibido evitar que los niños con cabello afro sean expulsados del salón”.
Lo mismo sucede en el museo afromexicano Fundación Petra Morga, de acuerdo con Teresa de Jesús Mojica Morga se busca cambiar la narrativa y reescribir la historia a partir de 2 museos con 5 salas: 1) asentamientos prehispánicos, y de la conquista, trata de personas y tráfico de personas, utensilios de trabajo de indígenas y afrodescendientes que se hacían cargo de los trabajos muy pesados y la representación de un redondo tradicional africano; 2) la cultura de las danzas, como la de los diablos y sus máscaras también se encuentran personajes de la historia mexicana, abolición de esclavitud y que independizaron el país; 3) personas de la comunidad entre ella la comunidad de dónde salió la presentadora; 4) se presenta una cocina con utensilios donados por gente de la comunidad; 5) internacional referente a la diáspora a partir de pinturas donadas de diferentes países.
Por su parte, Luzmilla Zambrano, coordinadora general del museo viviente otavalongo remarcó que el museo es viviente debido a que se enmarca en la vida de un pueblo con sus tradiciones, vestimenta, vida matrimonial, legado, fiestas, artes (tejidos), medicina tradicional. Algo primordial es que “Nuestros niños, nuestros jóvenes, sean orgullosos de lo nuestro”, es decir, que dentro de un museo, además de Lumilla otros ponentes consideraron importante a la juventud.
Makeda Cheaton, director del Wold Beat Center señaló que el museo cuenta la historia de los afrodescendientes y mencionó la importancia de involucrar a los jóvenes desde sus intereses. Además de la relevancia del pensar en las afectaciones que los pueblos han sufrido, así como el tener en cuenta la relación ciencias-arte para conseguir becas y recursos.
Cosurca en Colombia, a partir de sus ponentes también subrayó las posibilidades de construir nuevas perspectivas de ver la cultura con dinámicas de políticas públicas en un sentido de percepción y construcción de las comunidades como sujetos de derecho y actuantes. Teniendo en cuenta que la realidad en este país es el “desprecio por los propios y por las comunidades”, por lo que la construcción museística en sí emergió como apoyó a la ley 1148 de víctimas; como una idea propia de paz hablando del pasado, presente, futuro. Además de cómo la gente (más de 400 víctimas solo en las bases del museo) ha configurado sus entornos por la guerra, narcotráfico y exclusión.
Rafael Estrada, de la casa cultural experimental Montuvia, abordó tres aspectos, lo experiencial para mostrar, empujar y reflexionar sobre la realidad cultural de un pueblo (pueblo montuvio). Además, se mostró la permanencia de los abuelos y la base de espacios habitables que muestres lo que fuimos y lo que somos.
Las participaciones las cerró Angie Farfán investigadora del museo del Carmen Alto FMC en Quito. Por su parte Farfán se refirió a la importancia de investigar, analizar y cuestionar los archivos existentes para evidenciar la historia y procesos de resistencia, así como la descolonización de los museos.
El encuentro dejó varios aportes referentes a la importancia de abordar el pasado, presente y futuro del pueblo. Basarse en la experimentación y transmisión del patrimonio material e inmaterial que den cuenta de una realidad.